“Festejaron como si fuera un gol”: policía samario que perdió ojo
- Ver Noticias Santa Marta
- 3 dic 2019
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El samario Walfran Narváez, víctima de un ataque de encapuchados en Bogotá, confía en que saldrá adelante de su recuperación “Son cosas que no deben suceder”, dice.
Walfran Narváez Pontón, el policía samario que en medio de una protesta en Bogotá perdió su ojo izquierdo al ser impactado con un adoquín, dice que no guarda rencor y entiende lo sucedido como un“gaje del oficio”, aunque sostiene que “son cosas que no debieran suceder”.
En medio del dolor físico que lo aqueja, siente además un dolor moral al no comprender la reacción de quienes lo hirieron. “Festejaron como si estuviesen celebrando un gol en un estadio”, anotó.
El díctamen clínico fue fractura de órbita y destrucción de iris, córnea y el ovulo ocular. “El ojo quedó sostenido por un hilo diminuto”, le explicaron.
Aunque al medio día de ayer tuvo una recaída debido a un intenso dolor en la zona afectada de su cara, su recuperación va paso a paso.
“Él es fuerte y tiene mucha fe”, dijo a este medio su tía Maira Pontón quien desde la capital del Magdalena se trasladó a Bogotá para acompañarlo.
Recluido en una habitación del piso 8 del Hospital Central de la Policía Nacional, el patrullero asegura: “Saldré adelante de esta”.
Recuerda que cuando fue golpeado logró ser puesto a salvo por su compañero de la patrulla motorizada y que gracias a ello no lo siguieron agrediendo.
El ataque ocurrió el martes pasado a las 4:30 de la tarde en la carrera 10 con sexta , barrio San Bernardo.
Ese día Walfran había culminado horario laboral a las 8:00 a.m. y se había ido para su casa en Fontibón. A las 11:00 a.m. recibió una llamada en la que le informaban que por la situación de orden público debía estar en la estación policial a la una de la tarde.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, visitó a Walfran Narváez en el Hospital de la Policía.
Nacido en Santa Marta hace 27 años, Walfran Narváez Pontón se entrenó como policía hace 4 años. Egresó de la Escuela Antonio Nariño, de Barranquilla.
Su sueño de vestir el uniforme de la institución fue estimulado por su padre, William Narváez Granados, un exvigilante que con esfuerzos lo sacó adelante, honrando así la memoria de su esposa, Carmen Rosa Pontón, fallecida hace 16 años, cuando Walfran apenas era un adolescente.
Luego de finalizar sus estudios de bachillerato en el colegio ‘El Parque’, en Santa Marta, y de hacer un curso de sistemas en el Sena, de esa misma ciudad, se enroló en la Policía Nacional.
Tras egresar de la Escuela Antonio Nariño, fue asignado por la dirección de la institución a la estación de Fontibón, en Bogotá, donde permaneció cuatro meses. Más tarde fue trasladado al CAI de San Victorino, de la Estación Santafé, en donde a la fecha presta servicio.
Es padre de María Paula Narváez Ariza, de 2 años y medio, la pequeña que según asegura “es el motor” de su vida.
Muy optimista. Maira Pontón (su tía) dice que hay mucha tristeza y preocupación en la familia y anota que “hay que esperar qué futuro le depara a mi sobrino”.
Sostiene que en las conversaciones que ella sostiene a diario con él, lo nota optimista y dispuesto a seguir en la institución y le hace saber su motivación al notar que hay solidaridad de los colombianos y de los altos mandos institucionales.
Contó que a su sobrino lo visitó el presidente Iván Duque, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y el general Palomino, entre otros.
fuente: periódico el Heraldo barranquilla

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