Chocha, culo, teta. 4 babys y otras Canciones que buscan prohibirse por un senador de Colombia
- Ver Noticias Santa Marta
- 20 feb 2020
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Un polémico proyecto aterrizará en el Congreso en este período legislativo. Se trata de la iniciativa del senador Jonatan Tamayo, más conocido como “Manguito”, que busca prohibir la divulgación en sitios públicos de letras musicales que atenten contra el buen nombre y dignidad de la mujer y menores de edad.
El proyecto, de apenas cinco artículos, pretende “brindar garantías en la formación de la sociedad colombiana a través del buen manejo de las expresiones culturales”, por ende, el senador “Manguito” considera que cualquier canción que denigre o incite a la violencia contra la mujer y los niños debe de ser prohibida en espacios públicos.
Esto quiere decir que en espacios como el transporte público o cualquiera de fácil acceso, no podrá sonar una letra de canción que cumpla con estas características.
“Este proyecto de ley, no solo busca evidenciar la problemática de la violencia de género y contra la niñez en la música, especialmente en sus letras, sino que además crear la norma que impida la masificación de este tipo de violencia a través de los lugares públicos o de fácil acceso para la comunidad”, se lee en la justificación del proyecto.
Para el senador, con la música se puede crear códigos de ética y moral subjetivos que terminan estimulando el abuso y la “permisividad sexual”, a la vez, que es un instrumento de “persuación oculta (…) que implanta ideales y los difunde”.
A la vez, reconoce en esta también un medio de aprendizaje, imitación y resignificación del pensamiento, normas y valores. A juicio de “Manguito”, darle freno a esta práctica es importante, pensada especialmente para jóvenes y adolescentes, porque estos “no están preparados para discernir los mensajes positivos o negativos de las canciones, ya que están en una etapa de desarrollo, crecimiento y aprendizaje”.
El género musical que, según el parlamentario, es más susceptibles a generar violencia es el reggaetón que “refuerza la cultura machista y desigual”.
Este proyecto busca también aportar a la lucha contra la violencia femenina: “América Latina ostenta un triste liderazgo mundial en feminicidios y violencia contra la mujer y la niñez; y no se puede dejar a un lado que los altos índices traen un cierto grado de influencia producida por el consumo del factor musical, y que dentro de la música existen géneros específicos que han sido indicados como predominantemente machistas”, explica el senador en la justificación de motivos sin traer cifras sobre dich
“Tanto la letra como las imágenes hacen apología de la violencia directa hacia las mujeres, las cuales son descritas como meros cuerpos sin valor, intercambiables y absolutamente disponibles al servicio del deseo sexual ilimitado de sus autores”. Con esta petición de una madrileña en Change.org para que se retire la última canción y el videoclip de Maluma, uno de los reyes del reggaeton con incursiones en el trap, se desataba la semana pasada la polémica. La canción Cuatro babys del cantante colombiano, como otras de este género musical que también cosifican a la mujer e incitan a la violencia, triunfan hoy entre los adolescentes y jóvenes españoles. ¿Sería positivo, como se pide en Change. org, que se prohíban? ¿Es sólo un género musical? ¿Es un fruto más de una sociedad de valores sexistas y machistas?
Sílvia Martínez, profesora de la Escola Superior de Música (Esmuc) y de la UAB, desgrana las diferentes aristas de esta polémica. Sin duda, dice, la letra de la canción es abiertamente machista y denigra a las mujeres. El problema, indica, es que no es la única que lo hace ya que el lenguaje sexista se encuentra en muchas otras composiciones que por diferentes motivos pueden haber pasado más desapercibidas. Es el caso, por citar un ejemplo, de una actuación con eco mediático, de Blurred lines, que el estadounidense Robin Thicke interpretó hace dos años en la Super Bowl y cuya letra nada tiene que envidiar a la de su colega caribeño.
La diferencia es que si las letras en inglés pueden pasar desapercibidas para muchos, esto no sucede cuando son en español. Y, además, en el reggaeton se acumulan los ejemplos, indica. Este género y el trap (fuera de los circuitos comerciales) están triunfando entre un público muy joven en Barcelona. Canciones en las que se hacen referencias a la sexualidad muy explícitas y así se bailan (el perreo) sin que esto sea censurable. Pero por otro lado en muchas ocasiones son tremendamente machistas.
En sus clases con jóvenes universitarios ha pasado estos días el videoclip para analizarlo y ver las reacciones y subraya que prohibirlo tendría un efecto aún más amplificador (de hecho, Maluma parece encantado con la polémica). Los jóvenes, dice, no son idiotas y no comparten estos valores, y tampoco lo hacen quienes bailan el reggaeton. Pero a la vez, indica, no puede olvidarse que la música es una fuente de culturización, dentro de una sociedad que emite mensajes machistas desde la infancia.
Por lo tanto, no puede aislarse la música del debate general sobre la desigualdad y la violencia contra las mujeres. No se trata aquí de mensajes transgresores –como en muchas ocasiones ha trasladado la música, el cine o la literatura– sino de señalar que se está hablando de apología de la violencia hacia las mujeres en un producto que consumen los menores.

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